Fue en junio de 2020 cuando realizamos la plantación de los aloes. Distribuidos en cuatro líneos con cincuenta plantas en cada uno de ellos. Un total de doscientos aloes configuran nuestra pequeña plantación. Admito que soy una enamorada de esta planta milenaria, que llegó a mi vida con el milenio. Desde entonces he estudiado y experimentado sus beneficios y mi intención no es otra que dar a conocer sus propiedades y fomentar el consumo de sus hojas tanto en alimentación, como en cosmética natural.
Hace unos veinte años, me regalaron la primera planta que puse en mi jardín. Pronto nacieron sus hijuelos que yo sacaba con cuidado y plantaba en otros espacios, así llegué a tener más de cincuenta plantas por los diferentes arriates.
Recuerdo que comencé a usarla con respeto y a interesarme por su historia y propiedades. Pronto formó parte de nuestra vida para diversos usos: como bebida mezclada con frutas, en cremas para la piel, untado al natural como calmante de la piel irritada e incluso para calmar el escozor originado por picaduras de insectos.